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Salvador Farfán Infante

“Hojas Sueltas” es una recopilación de algunos de los pequeños artículos que circulan en el “mundo de A.A. (Alcohólicos Anónimos)” y que tan útiles nos fueron y nos siguen siendo a muchos de nosotros. En su mayoría son cosas del dominio popular que, adoptadas al Programa de A.A., nos pueden dar los resultados apetecidos, sí es que éstos son dejar de beber y vivir mejor.

Esperamos pues, compañeros, que en estas páginas encuentren algo que les pueda ayudar, sobre todo si recién inician el camino de A.A. y si todavía albergan en su interior dudas, pesimismo, desaliento, soberbia, autosuficiencia, soledad, confusión, resentimientos, o cualesquiera otras de las cosas que dificultan nuestros pasos por la nueva senda.

Sólo nos resta agregar que esto no es la voz oficial de nuestra agrupación, sino meras sugerencias impersonales y desinteresadas.

Este es el último tema de esta recopilación, espero que haya sido de utilidad, aunque sea a UNO de los lectores en el camino a su rehabilitación o a comprender su problema y con eso es más que satisfactorio para un servidor.

LA MADUREZ EMOCIONAL

La persona madura ha desarrollado ciertas actividades en relación con ella misma

y con su medio ambiente que le permiten elevarse sobre las “niñerías» de pensamiento y conducta.

He aquí algunas características de la persona que ha alcanzado madurez emocional:

1.- Acepta las críticas con agradecimiento, pues sinceramente se alegra de que le den esas oportunidades de mejorarse.

2.- No se complace a sí mismo. Ha comenzado a sentir cómo las leyes de compensación trabajan en todos los aspectos de la vida.

3.- No espera recibir consideraciones especiales de ninguna persona.

4.- Controla su mal genio.

5.- Se enfrenta a las emergencias con serenidad.

6.- No siente lastimada su vanidad fácilmente.

7.- Acepta la responsabilidad de sus propios actos sin presentar excusas.

8.- Ha dejado atrás lo etapa dé “todo o nada”. Reconoce que ninguna persona o situación es ni “completamente buena” ni “completamente mala”.

9.- No se impacienta con los atrasos razonables. Ha aprendido que él no es el árbitro del Universo y que con frecuencia debe acomodarse a la conveniencia de otras personas y a sus particularidades.

10.- Sabe perder. Puede aceptar lo derrota y la decepción sin lamentaciones ni quejas.

11. – No se preocupa exageradamente por aquellas cosas que pueden remediarse.

12- No acostumbra aparentar lo que no es, ni ser jactancioso.

13.- Se alegra sinceramente del éxito y buena fortuna de que gozan otras personas.

Ha superado la etapa de la envidia y los celos.

14.- Tiene una actitud mental receptiva y amplia que le permite escuchar con respeto e interés las opiniones de otras personas.

15.- No está continuamente buscando errores y defectos en los demás.

16. -Planea las cosas importantes por adelantado en vez de confiarlos a la inspiración del momento.

Por enportada

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